Saltar al mar desde lo alto de un precipicio tiene su peligro. Hay que saber cuándo lanzarse, cómo situar las extremidades y de qué manera aterrizar en el agua, siempre lo más recto que puedas. Cuanto más veces lo consigas, más monedas recibirás y más horas pasarás saltando, hasta que se ponga el sol o llegue la misma noche.