Vuelve la abuela más enérgica del mundo. Y esta vez ha elegido las calles de Turquía para
correr, recolectar monedas,
correr,
saltar por encima de una variada lista de obstáculos,
correr, dar patadas a peatones despistados y deslizarse por debajo de aquello que interrumpa su avance. Y
correr, por supuesto.