Cenicienta está dispuesta a enamorar al príncipe, aunque para ello tenga que elegir un haraposo traje de
baile y preparar una poción mágica. Suerte que su amiga la hada madrina le echará una mano proporcionándole un
vestido precioso. Eso, más el encanto natural de la
chica, serán fundamentales para que el príncipe caiga rendido a sus zapatos de cristal.