Bienvenido a este parque para patos. Hay un camino muy largo hasta la bañera, destino al que aspiran todos estos patos de plástico. Suerte de la enorme
pasarela repleta de curvas y salientes que te conducirá hasta allí si te dejas arrastrar por la corriente, esquivas a los demás patos y, sobre todo, procuras no salir despedido por la fuerza centrífuga. Llega el primero y demuestra que eres el rey del "cuack!".