A estas simpáticas criaturas les aterran las alturas, están deseando poder tocar el suelo. Ayúdalas destruyendo todas las piedras sobre lo impiden. Elige las que sean del mismo color, pero procurando siempre que no quede una suelta y, sobre todo, que ninguna de las criaturas siga ni tan siquiera a un palmo de distancia del suelo.