El
amor flota en el aire, igual que lo hace una flor que no puede tocar el suelo. Igual que dos amantes que flirtean evitando las miradas e interrupciones de los extraños. Dos amantes que, llegado el momento, eligen de sus respectivos armarios la
ropa y los complementos que lucir orgullosos porque, a fin de cuentas, están enamorados y son felices.