A este
gato le encanta el pescado. Pero no para comérselo, sino para salvarlo. Con su
tanque dispara contra las urnas que retienen a los
animales marinos. Los libera y antes de que vuelvan al agua, les da un cariñoso beso. Eso sí, debes apuntar concretamente a la urna en la que el simpático
gato estará pensando.