Este es un mundo mágico. Y no lo decimos porque sea tridimensional. Ni porque esté repleto de gente rubia corriendo gracias al efecto
multijugador. Ni tan siquiera porque te toque
correr,
saltar y navegar. Lo decimos simplemente porque se trata de la Isla Skins y, como todo el mundo sabe, allí pasa de todo menos lo normal.