El
Mahjong es un juego que requiere concentración y sosiego. Encontrar las fichas pares y hacerlas desaparecer únicamente si no tienen otras fichas imposibilitando su movimiento pide paciencia y atención. Si a todo ello le añadimos una ambientación visual y sonora propia de un jardín japonés, entonces directamente hablamos de una experiencia casi mística.