A pesar de las advertencias paternales, Moody Ally salió al exterior a jugar a la pelota en un día lluvioso y, claro, se puso enferma. Hoy ha ido al médico, para que la examine a fondo y la someta a las curas que considere oportunas. En cuanto esté sana, podrá volver a jugar al balón, y esta vez se cubrirá de la lluvia.