Se acerca el Día de San Valentin, y esta
chica tiene una cita. Es razón suficiente, y de peso, para
correr al armario y
buscar aquella
ropa que más realce su
belleza. Pero no es suficiente, el siguiente paso consistirá en recurrir al cajón de los potingues y las cremas para aplicarlas al rostro, en busca de la perfección absoluta. Solo así nuestra protagonista se sentirá irresistible.