Las joyas se pueden lucir en una fiesta de alto copete. Se pueden
robar y vender al mercado negro. O se pueden emparejar, pero ni por la iglesia, ni por lo civil, simplemente haciendo coincidir formas y colores y uniéndolos por grupos de, mínimo, tres. ¿Has dicho trío?. ¡Yo no he dicho nada!. Y date prisa, que tienes un tiempo limitado para “matchear”.