En este juego de
fútbol con regusto
retro gracias a sus pixels grandes como garbanzos, la finalidad es la propia dada su naturaleza: meter bonitos goles. La nota discordante es que no dispondrás de un balón, sino de
objetos tan variados como una moneda o un puñado de dinamita. No importa, la cuestión es que lo lances contra la portería y entre limpiamente.