Este Samurai es poco ortodoxo. Antes que el sable o el refinado combate de artes marciales, prefiere usar los puños como si fuese una
pelea callejera. O, mejor, una
pistola. La finalidad es
destruir a los malvados
ninjas que quieren acabar con él mientras recorre mazmorras y otros escenarios grandilocuentes. Acción y
peleas a raudales.