Incluso las hambrientas y combativas
serpientes se suman al espíritu navideño, luciendo gorros de
Santa Claus o cuernos de ciervo. Por lo demás, no se alejan de sus rutinas, que consisten en recorrer el espacio devorando luces de colores y, si hay suerte, a otras
serpientes. Cuanto más comen, más crecen.