Dirigir la terminal de un aeropuerto debe ser, sin ninguna duda, una auténtica locura. Tener que controlar a los
aviones que aterrizan, a los que despegan y, en medio, situarlos en su estacionamiento. Todo ello en perfecta coordinación para que todo fluya perfectamente y no se produzcan ni caos ni accidentes. ¿Te ves capaz de dirigir una terminal en la montaña. Y otra en la cuidad. Y una de noche? Ponte a prueba y disfruta.