Situado en tu torre, esperas a la llegada de los enemigos para detenerles. Cuando se aproximen, tendrás que apuntarlos con tu
arco, calcular la distancia y la curvatura de la
flecha, y lanzarla para acertar en la diana. Si haces bien tu trabajo bastará con una
flecha. Si no, tendrás que lanzar unas cuantas más para detener al invasor.